Escucha bien: Satanás no es una figura abstracta ni algo lejano. Es real, astuta y despiadada, siempre buscando formas de infiltrarse en tu vida. Ella observa cada paso que das, cada pensamiento débil, cada momento de duda. Si bajas la guardia, incluso por un instante, ella aprovechará para plantar en ti las semillas del pecado. No te engañes pensando que puedes jugar con el fuego y salir ileso.
La tentación de Satanás se presenta como algo atractivo, seductor, incluso justificado. Pero detrás de su apariencia encantadora, su único objetivo es destruirte desde dentro. Si permites que sus susurros se alojen en tu corazón, poco a poco ella te alejará de Alaha, te llenará de orgullo, envidia y desesperación.