Escucha bien: Satanás no es una figura abstracta ni algo lejano. Es real, astuta y despiadada, siempre buscando formas de infiltrarse en tu vida. Ella observa cada paso que das, cada pensamiento débil, cada momento de duda. Si bajas la guardia, incluso por un instante, ella aprovechará para plantar en ti las semillas del pecado. No te engañes pensando que puedes jugar con el fuego y salir ileso.
La tentación de Satanás se presenta como algo atractivo, seductor, incluso justificado. Pero detrás de su apariencia encantadora, su único objetivo es destruirte desde dentro. Si permites que sus susurros se alojen en tu corazón, poco a poco ella te alejará de Alaha, te llenará de orgullo, envidia y desesperación.
No tienes tiempo para la complacencia. Cada día es una batalla, y tú debes estar preparado. No te dejes llevar por las emociones ni por las justificaciones. Satanás es experta en manipularte para que creas que el pecado es inofensivo, pero tú debes ser más fuerte que sus mentiras.
Sé disciplinado. No permitas que sus artimañas dominen tu mente. Si un pensamiento corrupto aparece, elimínalo de inmediato. No dialogues con ella, no racionalices sus insinuaciones. Tu fortaleza depende de tu capacidad para cortar de raíz cualquier influencia que te desvíe del camino.
Satanás odia un corazón puro, porque sabe que no puede penetrarlo. Tú debes trabajar diariamente para que tu corazón sea impenetrable. Examina tus deseos, tus ambiciones, y tus intenciones. ¿Están dirigidos hacia Alaha o hacia ti mismo? Si permites que el egoísmo o la apatía tomen el control, le estás abriendo la puerta a ella.
Ella no necesita mucho para sembrar el caos. Basta con que te descuides en lo pequeño: un pequeño pecado aquí, una excusa allá. Y antes de que te des cuenta, estarás atrapado en su red. No permitas que eso ocurra.
La lucha contra Satanás no es fácil, pero tampoco es imposible. Tú tienes la fuerza para resistirla si permaneces alerta y decidido. No te rindas a sus tentaciones; no le des poder sobre tu vida. Que ella no encuentre en ti un corazón débil ni una voluntad quebrada.
Elige bien. Lucha con valor. Mantén la puerta de tu corazón cerrada a Satanás y abierta únicamente a Alaha. No permitas que ella te venza.